Unas semanas pasadas tenía un viaje a París.Hemingway dijo una vez que si tienes la suerte de estar en París, estará contigo dondequiera que vayas en tu vida, porque París es una fiesta movible. Este recorrido solo rasca la superficie de lo que París tiene para ofrecer.Cada rincón de la ciudad tiene su propia historia y encanto. Por eso tomé mi tiempo para explorar, perderme en las calles empedradas y saborear la deliciosa cocina francesa en un encantador café. París siempre dejará un recuerdo duradero en mi corazón.

    Con expectativas para toda Europa, mis compañeros y yo planeamos un viaje a la ciudad más soñadora del mundo. París, la Ciudad de la Luz, es un destino fascinante que rebosa historia, arte y romance en cada esquina. Se puede decir que estos pocos días en París son los más inolvidables de mi vida, ya sea por el paisaje aquí o por la gente aquí, pasaré mucho tiempo recordándolo y pensando constantemente en ello. Un recorrido por esta ciudad icónica es una experiencia inolvidable que comienza en el Louvre.

    El Museo del Louvre es un palacio repleto de tesoros artísticos, incluyendo la famosa Mona Lisa de Leonardo da Vinci. Recorrer sus galerías es sumergirse en siglos de creatividad humana. Desde allí, caminaría a lo largo del Sena hasta llegar a la majestuosa Catedral de Notre Dame. Sus impresionantes vitrales y arquitectura gótica te dejarán sin aliento. Después de verla con mi ojo, lamenté la lástima de que la hubieran quemado. Espero proteger estas cristalizaciones de la sabiduría humana, para que cuando los humanos vean estos lugares dentro de miles de años, queden más impresionados por su existencia.

    Continué mi viaje hacia la icónica Torre Eiffel. Subir a la cima me ofreció una vista panorámica de la ciudad que nunca olvidaré. El Parque del Champ de Mars a sus pies es perfecto para un picnic con vistas al símbolo más emblemático de París. No sólo fuimos testigos de la Torre Eiffel durante el día, sino que también vimos su belleza por la noche. Por la noche, hay artistas interpretando canciones conmovedoras bajo la Torre Eiffel, parejas enamoradas besándose apasionadamente y gente de todo el mundo disfrutando del romance de París.

    Después, me dirijo al Arco del Triunfo, construido para conmemorar las victorias napoleónicas. Subir a la cima de este monumento me recompensó con vistas espectaculares de los Campos Elíseos y la ciudad que se extiende ante mí.

    Los Campos Elíseos son la avenida más famosa de París y están llenos de tiendas de lujo y restaurantes. Puedo disfrutar de un delicioso almuerzo en uno de los cafés antes de continuar hacia otros lugares emblemáticos.

    Antes de finalizar mi día, visité Montmartre y la Basílica del Sagrado Corazón. Esta colina ofreció una vista panorámica de París y era un lugar favorito de artistas e inspiración creativa. Sentarse en las alturas de Montmartre comiendo macarons, disfrutando de la brisa y contemplando la puesta de sol. No parecía haber ninguna preocupación. En ese momento el mundo compartía su alegría conmigo y todos disfrutaban de la libertad y la belleza únicas de París.